Una de las cuestiones que me realizan los clientes es sobre la idoneidad o no de utilizar agua Osmotizada para alimentar un circuito de refrigeración ya sean torres o condensadores evaporativos y yo siempre les respondo que depende.

 

¿De qué depende?

 

Que utilicemos agua Osmotizada o no va a depender de que el beneficio obtenido sea mayor que los problemas que se puedan generar.

 

Tenemos que pensar que un agua Osmotizada es un agua que ha sido sometida a un proceso de desmineralización mediante el uso de membranas las cuales retienen entorno al 90% de las sales, produciendo, de esta manera, un agua de muy baja salinidad. Esta baja salinidad le confiere unas características de agua corrosiva según los índices de Langelier y de Ryznar que se usan como referencia. Por lo tanto, vamos a trabajar con un agua corrosiva que, si no se realiza el tratamiento adecuado, nos puede dañar nuestra instalación.

 

¿Ahorraremos agua?

 

Sí, pero no. Es cierto que la torre o el condensador como entidad aislada sí ahorrará porque purgará menos, pero si miramos el conjunto de ósmosis-torre ya no es tanto.

 

Según las fórmulas:

 

 

Si trabajamos con un agua apta para consumo humano en un sistema que evapora 1.000 l/h y a 2 ciclos de concentración, que suele ser lo habitual al menos donde me encuentro, en Valencia, purgaríamos 1.000 l/h por lo que aportamos 2.000 l/h.

 

Cuando trabajamos con una ósmosis, para evitar problemas de sobresaturación y exceso de pH, como mucho podremos trabajar con 6 ciclos de concentración por lo que, seguiremos evaporando 1.000 l/h, purgaremos 200 l/h y alimentaremos la torre/condensador con 1.200 l/h de agua Osmotizada, ahorramos 800 l/h. El “problema” es que para producir estos 1.200 l/h de agua Osmotizada, con un rendimiento de la ósmosis del 75%, que suele ser lo habitual, utilizamos 1.600 l/h por lo que ahorramos 400 l/h, pero debemos sumar los costes energéticos para producir 1.200 l/h de agua Osmotizada más el producto de mantenimiento de esta, recambios, etc. Es decir, estamos encareciendo nuestra agua de consumo humano por lo que puede que nuestro ahorro de agua no suponga un ahorro económico. Además, debemos añadir los problemas que nos puede generar la agresividad de esta agua Osmotizada.

 

Podríamos pensar que, para incrementar el ahorro de agua, debemos cerrar la purga aún más y trabajar con unos ciclos de concentración aún más elevados, aunque sea más arriesgado y problemático. Si seguimos con nuestro ejemplo veríamos que en una gráfica donde representemos el aporte en función de los ciclos de concentración, esta gráfica nos genera una asíntota tendente al caudal de evaporación.

 

 

Por lo tanto, llega un momento en que el riesgo que se asume por el exceso de concentración es muy superior al beneficio que se obtiene como ahorro de agua.

 

¿Cuándo podría interesar instalar una ósmosis?

 

Podría ser rentable si estamos trabajando con agua potable y queremos trabajar con agua de pozo. Esta es de bajo coste y suele ser de peor calidad que la potable. Suele ser agua de mucha salinidad y con características incrustantes. En este caso podría ser interesante instalar una ósmosis, ya que podemos acondicionar el agua para eliminar los problemas que nos genera el uso del pozo.

 

Ahora tenemos incluso otra posibilidad, mezclar los dos tipos de agua para equilibrarla y no tener ni un agua incrustante (pozo) ni un agua corrosiva (ósmosis), sino una óptima para su uso en este tipo de instalaciones.

 

Conclusión

Como he comentado al principio, y por resumir, para usar una ósmosis en un proceso de refrigeración no nos podemos ceñir únicamente a un ahorro de agua. Debemos:

 

  • Conocer los ahorros de agua y lo que supone económicamente
  • Conocer los costes de inversión
  • Conocer los costes de producción
  • Conocer los problemas que se pueden generar en la instalación y cómo solucionarlos
  • Valorar usar otros aportes de agua

Si estás interesado en realizar este tipo de estudio, no dudes contactar con nosotros, estaremos encantados de ayudarte.

 

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