ÓSMOSIS INVERSA, ¿AHORRO O COSTE?
Siempre se ha considerado que una ósmosis es una inversión elevada y por lo tanto siempre indico que su instalación no debe ser un capricho y no se debe poner porque se tenga un presupuesto y se deba gastar, o pensemos que siempre será mejor un agua osmotizada que una que no lo es. Lo que se debe indicar, o lo que debemos preguntar los que instalamos este tipo de equipos, es cuál es el problema que tenemos o qué esperamos conseguir para, de esta forma, podamos indicar la solución más adecuada que no siempre debe pasar por una ósmosis. Paso a ilustrarlo con un caso real.
Tenemos un cliente con una caldera de las siguientes características:
Y un análisis de agua con las siguientes:
La conductividad es de 2.845 µS/cm y considerando una recuperación del 60%, ya que la temperatura del depósito de alimentación estaba alrededor de 65°C, podemos decir que actualmente se purga:
Si ponemos una ósmosis dicha ósmosis nos dará un agua de muy baja salinidad. Si nuestra ósmosis elimina el 90% de las sales producirá agua entorno a los 285 µS/cm:
Reducimos las purgas en un 92%. Con una simple resta vemos que nos ahorramos en purga 429 l/h y que, por lo tanto, es un agua que no debemos calentar lo cual ya es un ahorro de 256.000 kcal/h que equivale a 298 kWh. Dependiendo de la tarifa que se tenga contratada el ahorro será distinto pero contando con un precio de 0,045 €/kW (julio de 2021) y trabajando la caldera 2.000 h/año, obtenemos un ahorro de 26.820 €/año.
A estos ahorros hay que sumarle, si ponemos el descalcificador después de la ósmosis, el ahorro de sal ya que se ha realizado una descalcificación parcial y únicamente se necesita el descalcificador como afino.
En este caso, debido a que se partía de un agua con gran conductividad, el ahorro conseguido es grande, llegando a amortizar la ósmosis en algo más de un año. Si pensamos en un agua de mejor calidad con conductividades, por ejemplo, de 800 µS/cm y en el mismo tipo de instalación nos encontramos que el ahorro es únicamente de 6.400 €/año.
Por lo tanto, antes de meterse en una inversión como esta, se debe valorar para qué vamos a realizar la inversión, qué beneficios se esperan obtener y si dichos beneficios compensan la inversión. Esto lo pueden valorar asesorándose con empresas como la nuestra porque, como se ha visto, no siempre una misma solución es la mejor en dos empresas distintas con tipos de aguas distintos o formas de trabajo diferentes.
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